Más allá del resultado de las elecciones, donde el dinosaurio priista regresa de nuevo en la mayor parte del país y particularmente en el estado de Guerrero; más allá de que el 50%  de la población decidió no votar y que los analistas expertos señalan con exquisitez y disgusto de que la partidocracia fue  “castigada”; más allá de la izquierda reformista y dividida carente de alternativas viables para el pueblo como MORENA/PRD/MOVIMIENTO CIUDADANO y el otrora Partido del Trabajo; más allá de que los supuestos candidatos “independientes” (“broncos”, gustan que les llamen) ganaran nuevo león y Morelia, incluyendo al municipio de Cuernavaca, donde un ex futbolista como Cuauhtémoc Blanco, conocido en las canchas y en su vida pública por su carácter bravucón y  pendenciero, les endosara a todos aquellos que cuestionaron su candidatura su “me los chingue”, podemos imaginar un escenario lleno de paradigmas y adverso al movimiento social en todo el país. 

 

Concretamente en el estado de Guerrero, las dos administraciones perredistas nos dejaron, la desaparición y masacre de los 43 estudiantes normalistas; la detención, tortura y encarcelamiento de cientos de miembros del movimiento social  y de la policía comunitaria ( actualmente más de 50 compañeros), el asesinato de dirigentes sociales en la tierra caliente, iguala, costa grande, costa chica, centro y la montaña ( Antonio vivar, como el último ejemplo de ello); la entrega de concesiones y saqueo de nuestro territorio por parte de las mineras trasnacionales; la impunidad y la  injusticia por los actos de corrupción cometida por el hermano y familiares del ex gobernador Ángel Aguirre; la formalización de grupos de paramilitares dirigidos por los hermanos Cirino y Bruno placido Valerio, con Eliseo villar en la cárcel;  El constante hostigamiento y el intento por cooptar y  desaparecer a nuestro sistema comunitario de seguridad, impartición de justicia y reeducación, etc., etc.

 

Evidentemente este escenario no es para estar contentos. Consideramos que lo peor está por venir. El PRI y el PRD, vinieron a demostrar que son lo mismo. La izquierda no es sinónimo de cambio alguno. La impunidad, la injusticia, la corrupción, las masacres contra el pueblo y la criminalización y judicialización de los movimientos sociales han sido parte de la estrategia de los poderes centrales y locales en los últimos 30 años y hoy se profundizará con el regreso del PRI, teniendo abiertamente hoy el respaldo de los diversos cárteles de narcotráfico, como quedó demostrado el pasado 7 de junio pasado.  

 

En este contexto, específicamente en la región de la montaña, el gobernador interino Rogelio Ortega, ha venido a generar mayor preocupación e incertidumbre, como decimos, agregándole más leña al fuego. No es gratis su presencia en el último periodo en Colombia de Guadalupe, santa cruz del rincón y en  san Luis Acatlán. Su supuesto apoyo y “simpatía” por reconocer el esfuerzo que hacemos como CRAC-PC por darle un sentido soberano y autónomo al proyecto comunitario, queda en eso. Es su doble discurso, propio de aquellos que simulan estar contigo y te apuñalan por la espalda. Esto lo decimos por los actos públicos y privados en que ha mostrado sus verdaderas intenciones. Porque para nosotros, es claro que detrás  del interino Ortega y del virtual gobernador Astudillo, están las decisiones que las mineras trasnacionales han tomado para ejercer y concretar las  concesiones otorgadas desde el 2010, por el gobierno federal.

 

En este sentido, ellos –los de arriba, los que mal gobiernan este país- están avanzando. La necedad  de crear un nuevo municipio en la comunidad de santa cruz el rincón, municipio de Malinaltepec, para dárselo a un grupo localista y regionalista afín al poder estatal y vinculado a los paramilitares como lo son Apolonio Cruz Rosas y Cirino Placido Valerio (seudodirigentes que navegan con un doble discurso “de día cuestionan al poder pero de noche duermen con él”, son elementos que más daño han causado a las comunidades e instituciones comunitarias y educativas que los pueblos han tratado de instituir ante el abandono y la falta de respuesta por parte de los gobiernos corruptos  locales. Para nosotros como CRAC-PC,  no es otra cosa que implantar una cabeza de playa o punta de lanza,  dentro de la región, para generar mayor división, confrontación y presión entre y contra las comunidades que están en contra de las mineras trasnacionales que quieren saquear los recursos minerales sobre los que viven y hacemos nuestra vida.

 

Finalmente, la experiencia propia nos dice que solo la denuncia y la organización de los diversos pueblos amenazados con ser exterminados, podremos detener la embestida que se nos viene en este periodo, por parte de las compañías mineras con el beneplácito del gobierno federal, estatal y local.